La educación superior: preocupaciones de este tiempo


La educación superior jurisdiccional es un sistema formador de enclave territorial y
una diversidad histórica tanto por procedencia como por desarrollo, lo que lo constituye en
una herramienta no suficientemente considerada a la hora de pensar las dos cuestiones
centrales de la provincia en el escenario post pandémico: la inclusión y el desarrollo. Por
una parte, pensar y construir en diálogo un sistema educativo que pueda leerse a sí mismo
y reescribirse en clave de inclusión y, para ello, construir las condiciones organizacionales,
las propuestas curriculares y pedagogías, que respondan al acompañamiento de todos y
todas. La educación superior es artífice imprescindible tanto de la formación docente inicial, permanente y la formación técnica que deben articularse y retroalimentarse en términos de producción de conocimiento situado, desarrollo de investigación y lectura permanente del desarrollo curricular que encuadra la política de distribución de conocimiento en
la sociedad bonaerense. Y al mismo tiempo, la formación de recursos, especialización y
certificación de saberes para el mundo del trabajo servicios y acciones y la producción es
decir el desarrollo local y el desarrollo bonaerense desde la formación técnica superior.
El discurso político en los diferentes niveles de gestión habla de la universidad como la respuesta y resulta cierto que la universidad construye respuestas, sobre todo las
universidades pensadas y gestionadas para la inclusión de aquellos que por historia no
podían acceder a ella. En este punto residen dos problemas: uno, no pensar al sistema
formador de manera integrada y hacerlo poniéndole valores a una de sus modalidades e
invisibilizando a otra, es decir, priorizando las Universidades por sobre los Institutos de
Educación Superior. Dichas instituciones, que no sólo tienen características insuplantables,
sino que son una herramienta propia del gobierno provincial en tanto forma parte de su
sistema educativo. En consecuencia, debería ser una herramienta política estratégica para
el desarrollo de la misma provincia, una herramienta que debiera articularse con todas las
áreas de gestión de la provincia y, cumpliendo finalmente la ley, con las universidades. No
hay nadie en el escenario de la gestión política que tenga la posibilidad de hacer esto sino
es el gobierno provincial y, de este modo, ponerse a la cabeza de la formación de recursos. El segundo problema, que se desprende de esto es la falta de una articulación entre los institutos de nivel superior de la provincia y las políticas de aquellas universidades que tienen asiento en la provincia.
Se habla de la diversidad, de la necesidad de masa crítica, de producción de conocimiento, de sostenimiento de la investigación, del volumen del desarrollo de los institutos
superiores. Y podría decirse magnífico, si se parte del hecho de que sólo se les brinda como condiciones iniciales, un presupuesto de recursos humanos solo para la gestión de las
horas / módulos de planes de estudio, sin otros recursos materiales/ tecnológicos que
acompañen el dictado. Y que la extensión, la investigación, la postitulación es repartida
desde el nivel central y en la mayoría de los casos ejecutada con centralidad con aportes
nacionales ya sea de formación docente y o formación técnica, o con aportes personales
de los involucrados.
No es de desconocer que el Sistema Educativo de la Provincia de Buenos Aires es
altamente complejo y diverso de acuerdo con las zonas y contextos tan diferentes en la
propia provincia. Dentro del sistema, la Educación Superior destinada a la formación Docente y Técnica constituye un porcentaje, con sus más de 200 instituciones de gestión pública y muchos más de gestión privada, quizá no impactante frente a los niveles obligatorios, pero sí en términos de la formación de profesionales, de esa masa crítica, que se desempeñarán en la educación, la salud, la producción, los servicios y todo aquello que permite el desarrollo político, social, económico y cultural de una comunidad. Sin embargo, la organización de la dinámica escolar de otros niveles se impone en la gestión de las instituciones de Nivel Superior, en la forma de organizar las actividades, incluso en los
momentos y formas de comunicar la información para el propio sistema, entre otros y de
algún modo termina por encorsetar las funciones de una educación superior y el rol de los
institutos superiores.
La situación pandémica, el ASPO y DISPO, pusieron en evidencia muchas de estas
cuestiones y déficits de la educación superior, tanto para universidades como institutos
superiores públicos y aún los privados, para responder a la demanda de las clases y al
acompañamiento de trayectorias de los estudiantes como así también del trabajo de las y
los docentes.

En este tiempo el Consejo Provincial de Educación Superior, en diálogo con las autoridades que hacen a la gestión de la Formación Docente y de Formación Técnica desde la jurisdicción, con los referentes de los Consejos Regionales y con los estudiantes, ha realizado un relevamiento de las posibilidades y limitaciones que se fueron presentando en la pandemia para que los institutos superiores pudieran realizar sus tareas, buscando las formas de poder fortalecer la educación superior en el territorio, en un trabajo compartido de pensar ideas y acciones que permitan alcanzar dicho fortalecimiento, proponiendo acciones y orientaciones. De dicho recorrido y situados aquí, en el inicio del ciclo 2022, se
destacan algunas de las cuestiones que requieren acciones en este contexto, tanto desde
las cuestiones más macro y generales respecto de la Educación Superior, como aquellas
que afectan a las gestiones cotidianas de las instituciones en el territorio:
 Condiciones para la continuidad del trabajo articulado entre las Direcciones de Formación Docente, Formación Técnica y Formación Artística, como pilares de la formación de profesionales de nivel superior y la capacitación permanente de nuestra gente para el trabajo y el crecimiento de nuestro territorio.
 Fortalecimiento de las acciones que permitan la articulación de las organizaciones y diversos sectores que intervienen o se encuentran en relación con la formación tanto de docentes como técnicos, dentro del sistema y fuera del mismo, generando un trabajo compartido.
 Fortalecimiento de la gestión: reconocimiento pleno de las características organizacionales de los Institutos como instituciones democráticas con participación comunitaria en las decisiones.
 Acompañamiento desde la gestión del sistema como voceros de la
política de formación de recursos en los enclaves regionales y distritales.
 Condiciones para un funcionamiento que facilite la inclusión: conectividad, equipamiento, cargos para una política de acompañamiento de las trayectorias (no sólo de coordinadores de políticas estudiantiles sino jefaturas de áreas,
cargos de gestión en la institución según plantas aprobadas).
 Condiciones para el desarrollo de una comunidad académica: prácticas profesionalizantes, investigación, acompañamiento a escuelas, producción de conocimiento, desarrollo curricular, relaciones con las organizaciones del mundo del trabajo, edición y publicación y fortalecimiento institucional y comunitario de los institutos.
 Generación de las acciones políticas que eviten la contradicción de interpretación de la propia ley desde lo sistémico. Trabajo articulado, ampliado y consensuado en torno a la normativa de superior, tanto al interior de la educación superior, como en interlocución con las otras inspecciones de niveles y modalidades y secretarías de asuntos docentes.
 Fortalecimiento del trabajo en red entre los institutos y las inspecciones y escuelas destino para generar mayor integralidad con los espacios de la práctica docente, en un trabajo compartido.
 Fortalecimiento de las mesas de trabajo desde el COPRET para la articulación de proyectos que impliquen la formación técnica y en particular se construya espacios de comunicación entre municipios, las organizaciones que brindan espacios para el trabajo para las prácticas profesionalizantes y la construcción de proyecto que hagan al desarrollo del territorio.
 Construcción de los instrumentos normativos y de gestión que superen la organización institucional reproductora de lógicas de otras instituciones del sistema
 Profundización de la democratización del sistema, a través de la articulación de los CAI con los CRES, el Consejo Provincial, la DPES y la DPETP, con participación ampliada de directores, docentes, estudiantes y auxiliares.
Si el sistema educativo de la provincia no puede superar esta dinámica de reproducción de modos y centralidad ejecutora y no comprende que la educación superior es la vanguardia de su política generadora de sentidos para la misma educación como para el desarrollo provincial, estaremos condenados a repetir y seguir frustrando la esperanza de una educación para todos/as. La pandemia puso blanco sobre negro la desigualdad y la injusticia. Desde las instituciones cada docente, cada directivo volvió a poner el cuerpo para crear las respuestas situadas posibles, humanas, y genuinas con las herramientas y condiciones de desigualdad de las instituciones y sus comunidades. Alguien dijo es difícil
que pueda enseñar quien no puede aprender, el sistema tiene que aprender de esta tragedia y generar las condiciones para enseñar y aprender que contenga a las particulares historias de cada bonaerense. Y estaremos enseñando a todos y a todas porque habremos
aprendido.
Desde el territorio, 1 de febrero de 2022.-
Consejo Provincial de Educación Superior
de la Provincia de Buenos Aires

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s